Bibliografía bíblica
Heb 12v-1-14. Base teológica sobre la disciplina
2Tim 3:14-15.
Heb 12v-1-14. Base teológica sobre la disciplina
2 Tim4v7. Has peleado la
buena batalla, has guardado la fe, has acabado la carrera, has sido
disciplinado, y has asimilado la lección, entonces:
Recibirás la corona de
justicia, prometida por el Señor, Juez Justo.
2Tim 2:21-22.
Invitación a sed
disciplinados, afinados, preparados para toda buena obra, santificado, útil al
Señor
Pablo refiriéndose a
Timoteo, le dice desde pequeño has sido disciplinado aprendiendo la Palabra del
Señor, lo cual te califica para toda buena
obra.
Para no ser arrastrados
por fábulas y cuentos apartados de la verdad
1Tim4v5-8.
Invitado a desechar las
fábulas y ejercitarse para la piedad y a ser sobrio, soportando la disciplina,
así cumplir el llamamiento de Dios
Prov 15:32.
El que tiene en poco la
disciplina menosprecia a su alma, se menosprecia asimismo, no se valoriza.
Heb5v14.
Para crecer y alcanzar la
madurez espiritual, debes ejercitar tus sentidos en el discernimiento entre el
bien y el mal.
Sant 1:12
Bienaventurado el varón
que es disciplinado por Dios, porque cuando haya superado la disciplina
recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman
Sant 1:21,25
Como creyente me
disciplino en el Señor, desechando toda malicia, asumiendo una actitud de
obediencia, mansedumbre, aceptando la Palabra.
No siendo oidor
olvidadizo, que hago caso omiso al consejo de Dios, sino hacedor de toda buena obra.
1Cor9v19-27
Dentro del contexto,
Pablo se coloca en el lugar de quienes le escuchan para comunicarles la verdad
del evangelio y traerlos a Cristo, entonces:
Se somete el mismo a la disciplina de Dios como un buen atleta, este último por
un premio pasajero, cuánto más el creyente debe ser disciplinado para obtener
la corona que Dios le tiene prometida.
Si los atletas terrenos
hacen un gran esfuerzo, por encima de sus fuerzas y capacidades, con mayor
razón nosotros para obtener la corona que Dios nos ha prometido.
Debo ser disciplinado, no
como quien golpea al aire, al azar, para salir del paso, sino que mi cuerpo, mi
mente, pensamientos, los golpeo, los ejercito, fustigo, los llevo cautivo a los
pies de Cristo a fin de vivir en santidad.
Proverbios 13:24,
"El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde
temprano lo corrige".
La disciplina es una
expresión del amor paternal.
Dios aún antes de
identificarnos con él nos viene hablando, disciplinando hasta traernos a sus
pies, la disciplina continúa hasta que estemos en gloria.
Proverbios 19:18, "Castiga a tu hijo en
tanto que hay esperanza; más no se apresure tu alma para destruirlo".
Dios nos disciplina,
porque tiene esperanza en nosotros y que cumpliremos su voluntad.
Efesios 6:4 “Padres, no
provocar a ira a nuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del
Señor”.
La disciplina de Dios,
no provoca ira, ni exasperación o fatiga
cuándo estamos dispuestos a obedecerle.
No los exaspere , pero
tampoco que los consientas convirtiéndote en cómplice de su mal comportamiento.
Proverbios 6:23 “Porque
el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las
reprensiones que te instruyen,”.
Las instrucciones y enseñanzas de Dios, son
lámpara que ilumina el camino, que nos hace distinguir entre la luz y las
tinieblas, entre lo bueno y lo malo, entre lo que debemos hacer y no debemos,
pero estas instrucciones no son fáciles de asimilar, por ello muchas veces
requiere de la reprensión o exhortación de quien las dicta, es decir de Dios.
Heb2v10,…habiendo de
llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la
salvación, este es Jesús. Perfección por medio de la aflicción.
Heb2v18.. padeció siendo
tentado(disciplinado) para socorrer a los que de la misma manera somos
tentados.
Heb5v7-8.
Cristo…ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía
librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente…v8 aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la
obediencia…Heb5v9 habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de
eterna salvación.
Autor: Edgar Esparragoza
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